Nuestros Pilares
Nuestro destino
son nuestros pilares
... estamos para acompañarnos celebrando la diferencia de la unidad en la diversidad milenaria de nuestro pueblo y la humanidad.
PLURALISTA
RUAJ AMI es una comunidad judía espiritual, religiosa y cultural. Es un lugar de encuentro y es mucho más que eso porque en esencia RUAJ AMI es una forma de ver y vivir la vida. No hay prejuicios. De verdad. Novatos y veteranos, activistas y ambivalentes, racionalistas y místicos; los que aman el hebreo y los que rezan más allá de cualquier lenguaje; los que sienten profundamente su identidad y pertenencia al pueblo judío pero no necesariamente se entusiasman con sus rituales y los que disfrutan de cada rito en forma apasionada, los que vienen de cualquier configuración familiar judía, los que poseen cualquier tipo orientación sexual; el dinamismo y orgullo de nuestra comunidad se basa en su pluralismo y diversidad. Nuestro compromiso no es solamente con aquellos que piensan igual que nosotros sino con todos los que nos necesitan, con cada ser humano de buena voluntad sin distinción. Creemos en una forma de liderazgo que no es vertical ni rabinocéntrica sino horizontal y que empodera a cada uno donde se encuentra con el fin de crecer cada día más en su propio viaje. En Ruaj Ami no hay un mismo lugar al que todos deben llegar y acordar sino que estamos para acompañarnos celebrando la diferencia de la unidad en la diversidad milenaria de nuestro pueblo y la humanidad. Rezamos en forma circular sin nadie parado y otros sentados. El contrapunto y la armonía de nuestras voces y corazones constituye nuestra obra maestra. Aquí nadie viene a mirar hacia afuera ni a ser parte de un show sino a mirarse hacia adentro.
A no ser servido sino a servirse de espiritualidad.
La forma en que vivimos debe tener un impacto en la forma en que rezamos.
Creemos que cada generación de judíos necesita encontrar una manera auténtica de expresarse.
VIGENTE
Al igual que lo hicieron nuestros antepasados, creemos que que cada generación de judíos necesita encontrar una manera auténtica de expresarse, enraizada en el pasado pero soñando con el futuro. En palabras del Rav Kook, nuestra misión es “renovar lo antiguo y santificar lo nuevo”. Nuestro trabajo es encender chispas espirituales y crear puntos de acceso a una vida judía con propósito y que refleje el judaísmo de nuestro tiempo y no el de otra era. Por eso Ruaj Ami es un catalizador: reanimación y redefinición de lo que es posible en una vida judía en el siglo XXI. Estamos dedicados a la recuperación de la práctica espiritual y religiosa de una manera que sea accesible, desafiante y transformadora. Nuestra tefilá no puede ser simplemente una repetición de fórmulas inentendibles y un formalismo que hay que cumplir solamente por temor sino por amor, convicción, fe, alegría, sentido y esperanza. La forma en que vivimos debe tener un impacto en la forma en que rezamos. Creemos que cada generación de judíos necesita encontrar una manera auténtica de expresarse. Somos socios con Dios en la Creación, la Revelación y la Redención continua. En consecuencia somos co-creadores de una tradición que está continuamente aconteciendo, fluyendo y sucediendo en el aquí y ahora.
En la tradición judía el desarrollo y crecimiento es aprendizaje de contenido y de uno mismo como ser humano.
Lo aprendido no se mantiene:
se incrementa o se pierde.
DESAFIANTE
La verdadera práctica espiritual judía no sólo enseña a agradecer y bendecir lo que tenemos y somos sino a desafiarnos para vivir más allá de nuestra zona de confort. En la tradición judía el desarrollo y crecimiento es aprendizaje de contenido y de uno mismo como ser humano. Lo aprendido no se mantiene: se incrementa o se pierde. El judaísmo no predica retiros espirituales sino transformar el lugar en el que uno vive, incluso en la vorágine de una ciudad. No somos convocados solamente a experimentar una espiritualidad individual sino a arremangarnos las manos y construir entre otros para el bien de nuestro, de nuestra comunidad y de la nación a la que pertenecemos. El compromiso no solo es con nosotros mismos sino con nuestros padres, abuelos, hijos, amigos y vecinos. El judaísmo exige no conformarnos con lo que tenemos sino esforzarnos en trabajar lo que somos; a vivir menos en la fantasía de lo que los otros pensarán de nosotros, a explorar nuestros propios complejos de impostores para salir al encuentro con nosotros mismos, nuestras creencias y prácticas más profundas. El judaísmo no predica ostentación sino humildad y austeridad. Se destaca por su pensamiento crítico, su predisposición honesta a mejorar nuestro ser y nuestro compromiso con todo ser humano de buena voluntad sin distinción. La vida espiritual en RUAJ AMI no se conmueve por la cantidad sino por la calidad. La práctica religiosa judía grita desde el cielo y la tierra cuando se segrega a la mujer solamente por su género, no se avanza en el estudio moderno sino que se permanece congelado en el tiempo intentando vivir un judaísmo medieval que no es fiel a su propio momento y se predica que no se puede salvar la vida de un gentil para no profanar Shabat. Dios llora cuando las voces callan y con su silencio justifican a quienes enseñan que el judaísmo “verdadero y auténtico” solamente lo tienen unos pocos olvidando que todo ser humano es creado a imagen y semejanza de lo divino y por lo tanto también tiene algo para enseñarnos puesto que Dios lo creó.
La vida espiritual en
RUAJ AMI no se conmueve por la cantidad sino por la calidad.
IGUALITARIO
En nuestra comunidad las mujeres suben a la Tora, dicen las bendiciones, leen la Tora, dan drashot (prédicas), enseñan, cantan, pueden ser presidentas y tener roles activos en todas las áreas que elijan. Además, somos la única comunidad de Santiago que en forma abierta cuenta mujeres para el minian. Siguiendo nuestra milenaria tradición las mujeres en nuestra comunidad también pueden ponerse tefilín, hacer Jalá, cuidar la pureza familiar y prender las velas de Shabat si es que lo desean. Las mujeres para nosotros son tan humanas como los hombres. Somos una comunidad igualitaria lo que no quiere decir que somos todos iguales y todos tenemos que hacer y creer lo mismo sino que el espíritu de nuestra unión celebra la mujer y el hombre como igual de importantes frente a Dios, la Tora y el destino del pueblo de Israel. En RUAJ AMI las mujeres cuentan y no permanecen invisibles ante Dios y la comunidad durante nuestros rezos. Nosotros no creemos que las mujeres son más elevadas que los hombres ni los hombres más animales que las mujeres. Creemos que ambos están creados a imagen y semejanza de lo divino y deben estudiar, esforzarse y comprometerse para ser mejores cada día en su vida personal, familiar, comunitaria y en la sociedad chilena a la que pertenecen y les da de comer y se benefician de la misma. En RUAJ AMI las mujeres no permanecen encerradas en la casa criando a los hijos y haciendo jalá (a menos que crean sea esa la razón por la cual Dios las trajo al mundo) sino que tanto los hombres como las mujeres tienen la responsabilidad de la educación y crianza de sus hijos y están igual de capacitados para estudiar y cocinar (entre tantas otras cosas más como trabajar, enseñar y contribuir con el destino de su pueblo y su comunidad).